La cocina es el nuevo salón: ¿cómo aprovechar al máximo su espacio?
Cambios sociales, el auge de la gastronomía y la creciente necesidad de espacios polivalentes han hecho de la cocina una especie de "ágora" doméstica. Aprenda a sacarle el máximo partido.
Atrás han quedado los días en que esta era una habitación escondida de la casa, un espacio exclusivamente destinado a guisar. Eso ha cambiado. "La cocina ya no cumple sólo una función práctica, sino que es el punto de encuentro de las familias, el equivalente a una plaza en el exterior. Ahora son el ágora griega en la vivienda y todo se organiza a su alrededor. Más allá del lugar donde cocinar y comer, son estancias abiertas, espacios vitales que sustituyen a la obsoleta sala de estar. Las cocinas actuales crecen para convertirse en un lugar polivalente.
En este nuevo espacio compartido se tiran tabiques, se eliminan las barreras y se gana funcionalidad con módulos versátiles. La moda es romper las barreras entre otras estancias como el salón y la cocina, uniéndolos para conseguir el open space en las casas. Se convierten en nuevas estancias en las que se hace un uso mixto y que permite la interacción: así quien cocina ya no se queda aislado del resto. "Hemos convertido esta tarea y el ritual de la mesa en una actividad de ocio maravillosa, porque al final cocinar es un acto en el que se disfruta y se aprende y mientras un amigo puede estar cortando una cosa, otro puede estar preparando otra, mientras el resto pone la mesa".
Para conseguir esta integración y multifuncionalidad, lo más habitual es instalar una isla que articule el espacio. Suele incluir fregadero, lavavajillas, placa y grandes gavetas de almacenaje. También se puede aprovechar para poner una barra donde cocinar y comer con taburetes altos.
Parte del éxito de las nuevas viviendas que buscan espacios diáfanos y eliminan las puertas radica en los electrodomésticos high tech, para evitar por ejemplo que los olores o el humo se dispersen al resto de la casa.
Además, con los años ha ido aumentando la gama de colores para la decoración de la cocina, que antes se ceñía a la utilización del blanco, gris y marrón. La tendencia apu nta a que la paleta se amplíe desde los tonos más oscuros hasta los colores neutros. La elección de las piezas más grandes se basa en modelos atemporales que se puedan combinar con complementos coloridos que se pueden cambiar con más facilidad. Maderas y metales nobles son los materiales preferidos.
En este cambio que se está produciendo en la sociedad, el auge de la gastronomía tiene su rol protagonista. Con mayor o menor acierto se busca emular en casa a los chefs, consiguiendo así recuperar una tradición que se estaba perdiendo con la incorporación de la mujer a la vida laboral. Hoy, aunque sea en fin de semana, se vuelve a cocinar en casa, se recuperan antiguas recetas y la familia se reúne en torno a la mesa.
El futuro, por tanto, se presenta con planos de casas modificados. Menos pasillos, menos tabiques y, como epicentro, una estancia aglutinadora donde cocinar, trabajar, reunirse y disfrutar. Pero no perdamos de vista su fin. Como escribió Grimod de La Reynière, primer crítico gastronómico, "un anfitrión que no sepa trinchar y servir es como el poseedor de una magnífica biblioteca que no sabe leer".
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